lunes, 23 de febrero de 2015

¿REALMENTE SOY LIBRE?

¿Os habéis parado a pensar sobre cual es el significado verdadero de ser libre?Socialmente esta muy generalizada la idea de que una persona es libre porque tiene la capacidad y la posibilidad de elegir. Pero.....................¿es esto solamente?. Es decir una persona que elige fumar tabaco, y se vuelve adicta al tabaco ¿es libre?, o alguien que siempre que sale de marcha o esta en un bar, bebe ¿es libre?, o aquel que no puede estar despegado del móvil ni 5 minutos ¿es libre?. Seguramente que si hacemos unos segundos de reflexión nos vienen a la cabeza objetos, productos, personas incluso, de las que nos hemos vuelto dependientes..incluso esclavos. Dios nos ha echo libres para vivir en libertad, no en cautividad, no en esclavitud. ¿Entonces, que estamos haciendo mal?.

En contra de lo que se piensa, para ser libre es necesario además de poder elegir, elegir el bien, aquello que es bueno para nosotros. Y  muchas veces, conseguir ese bien trae consigo un control, aunque parezca paradógico, para ser libre, sentirme y libre y actuar con libertad, es necesario poder regular mis deseos, mis instintos, mis apetencias, y muchas veces ponerles freno, ya que el ser humano es débil, o pasa por momentos de debilidad y puede entrar fácilmente en una espiral de dependiencia de la cual, cuando se da cuenta, es muy costoso y dífícil salir. 

Las adicciones, al tabaco, al alchol, drogas, juego,....cuando se ha sufrido una dependencia, no deja lugar a una regulación de las mismas. Debido a que en el cerebro, se queda gravada en la amígdala la necesidad de consumir, y es verdad que cuando uno ha sido fumador, aunque deje de fumar y este años sin fumar, es altamente probable que si fuma un cigarro a los años, vuelva a fumar, debido a que se activa la huella grabada en la amígdala sobre la necesidad de fumar. 

Cuando dejamos una adicción, o una dependencia, requerimos de control, motivación y fuerza de voluntad, así como la búsqueda de un bien superior que es ser LIBRE, y dejar de buscar esa sustancia o ese objeto, o a esa persona como si fuera lo que nos va a dar lo que nuestro corazón anhela............pero realmente, nuestro corazón no busca eso si otra cosa.

lunes, 9 de febrero de 2015

MI HIJO ADOLESCENTE NO AYUDA EN CASA, NO RECOGE, DEJA TODO TIRADO..

Y podríamos continuar con una lista infinita de quejas por el estilo, "no estudia", "no limpia su cuarto", "no hace su cama", "no ordena sus cosas", "usa muchísima ropa y sin ensuciar la echa a lavar para no doblarla",  que se les escucha a los padres, cansados de repetir a su hijos adolescentes "recoge", "ordena tu cuarto", "dobla la ropa".........con escasos o nulos resultados de los esperados, pero si que reciben malas caras, o contestaciones como "mas tarde", "ahora no tengo tiempo", "ne me ralles", "déjame en paz, siempre estas igual", "ya lo haré, me tengo que ir", "ahora no puedo"......consiguiendo que la esperanza de que sus hijos pasen a la acción pase de color verde al color rojo.

Y ante esta situación,me preguntó ¿porqué cuando son pequeños tendemos a hacer las cosas por ellos? ¿para ganar tiempo?, ¿porque no saben hacerlo bien?, ¿porque los vemos torpes?, ¿porque son niños?....  

Hay una etapa entre los dos y los tres años, en el cual los niños van adquiriendo gran autonomía, a nivel físico, verbal, social y cognitivo, y ello trae consigo la necesidad y el deseo del niño de seguir aprendiendo y adquiriendo nuevas habilidades y destrezas. Ocurre cuando expresan  "no, yo sólo mama", "yo puedo",


"déjame a mí papa", "yo también quiero hacer...". 

Entonces el el momento propicio para que el niño comience a asumir ciertas responsabilidades ajustadas a su edad, como puede ser, recoger los juguetes que ha utilizado, llevar los zapatos a su sitio, colgar su abrigo, tirar el envoltorio del quesito a la papelera, ponerse el babero, .... Entonces el niño va realizando unos actos, que tras muchas repeticiones, creará unos hábitos que va a tener como propios. Al principio, necesitará que se los recuerden, necesitará ayuda y apoyo pero llegará el momento en que lo hará sólo. 

Y ese niño se hará mayor, y será un adolescente que recoja, que ordene sus cosas y limpie su habitación porque siempre lo ha echo, ya que forma parte de su vida, no lo vivirá como una imposición de sus padres porque para él no es algo nuevo, ni pesado. 

Por lo tanto, para los padres que estamos a tiempo, os aconsejo que dejéis que vuestros hijos aprendan, y ese aprender en muchas ocasiones implica, que se van a ensuciar, cuando por ejemplo quieran ayudaros a cocinar, o arreglar la bicicleta, o que van a tardar, o que no lo van hacer como a nosotros nos gustaría, o que puede que algo rompan o estropeen,  pero es UNA INVERSIÓN EN EL TIEMPO QUE TRAERÁ SUS FRUTOS.  

lunes, 2 de febrero de 2015

EL MIEDO SE DISFRAZA Y ENTONCES ME PARALIZA

El miedo es una emoción normal y necesaria en el ser humano, existe para alertarnos ante los posibles peligros que nos pueden ocurrir, en el hombre primitivo esta emoción era imprescindible para poder sobrevivir de los posibles ataques de los animales, en la caza, para poder predecir posibles señales peligrosas en la naturaleza...............pero hoy en día el miedo se ha disfrazado de peligros que realmente no lo son.

Miedo a la soledad, miedo a dormir solo, miedo a conducir, miedo a la enfermedad, miedo a la muerte, miedo al sexo, miedo a los exámenes, miedo a relacionarme....son miedos que podemos sentir en algún momento de nuestras vidas, pero puede ocurrir que ese miedo determinado llegue a paralizarte, a bloquearte, a dejarte sin aire.........empiezas a sentir una serie de síntomas físicos como ahogo, palpitaciones, sudor, temblores......acompañado de pensamientos negativos, irracionales acerca del miedo concreto "si duermo sola puede venir alguien...", "seguro que si cojo el coche, voy a tener un accidente", "este dolor de garganta puede que sea un pólipo cancerígeno", "seguro que voy a suspender el examen si me presento".....

Entonces es cuando ese miedo, deja de ser una emoción normal y necesaria y se convierte es una especie de monstruo que te quiere engullir..........y dejas de ser tú, y pasas a estar a su merced en el momento en el que aparece.

Pero, existen armas, herramientas que ayudan a combatir a este monstruo, yo soy testigo de ello en mi trabajo, personas que lo han conseguido y lo están consiguiendo, porque han decidido que quieren vencer, y realmente esa actitud es admirable. Darse cuenta que no quieren vivir con ese miedo que se ha convertido en una fobia y buscar ayuda profesional. Desde aquí les digo que les admiro por su valentía, su manera de afrontar la vida y les doy gracias por acerme partícipe de su vida y de sus progresos.

SI QUIERES, PUEDES VENCER.


 NO SIGAS PARALIZADO, NI BLOQUEADO, DE ESTA MANERA TRIUNFARÁS

martes, 27 de enero de 2015

HACEMOS QUE EL TIEMPO SEA NUESTRO DUEÑO

Vivimos deprisa, nos da la sensación que faltan horas, minutos al día para terminar todo lo que hay que hacer y aunque no sean muchas cosas, vivimos acelerados, y este ritmo frenético es mucho menor en los pueblos, ya que nos evitamos miles de inconvenientes que existen en las urbes y grandes ciudades, atascos, colas, largas distancias de casa al trabajo... pero aún así, viviendo en un pueblo también vivimos deprisa en contra de lo que se piensa.

A los niños, a nuestros hijos les trasladamos las prisas, ¿cuantas veces al día les decimos: "corre que no llegamos", "date prisa, desayuna pronto", "venga, venga que es ya la hora", "¿puedes vestirte más rápido?"......un sin fin de ordenes, mandatos.........transmitiendo que el tiempo corre y no lo alcanzamos.  Pero el ritmo del niño es otro, completamente distinto al nuestro, el niño no tiene prisa, ni agobios, ni preocupaciones de cuantas cosas hay que hacer o de que no le va a dar tiempo. El niño vive en el presente, en el aquí y ahora, disfrutando de lo que hace, de lo que ve, poniendo empeño en vestirse aunque le cueste trabajo y tiempo, en comer saboreando, en caminar viendo, observando sin tener presente en cada segundo lo que va hacer luego.

Os invito a que si anheláis vivir el hoy sin agobios, sin estrés, os concedáis unos minutos a observar a vuestro hijo, o a un niño pequeño cómo vive, cómo juega, qué le preocupa, cómo se viste, cómo habla, cuales son sus inquietudes, sus intereses....que la mayoría de las veces son cosas sencillas a las que nosotros no damos importancia y que por las prisas muchas veces no resolvemos, o contestamos o no hacemos caso. Los adultos, necesitamos echar la vista atrás y reaprender a vivir el momento, la vida con autenticidad, saboreando y disfrutando de cada situación, circunstancia, persona con la que estamos o nos encontramos. Es decir, vivir como si cada día como si fuera el último día.


  


martes, 20 de enero de 2015

QUIERO QUE MI HIJO SEA UNA ESTRELLA PERO NO LE DEJO BRILLAR

Esta mañana lleve a mi hija mayor Ester a la revisión de los 3 años. Le tocaba la vacuna de la varicela y la rubeola, antes de ir le dije que íbamos al médico porque le iban a mirar si había crecido, si había engordado, si estaba bien...y que le iban a pinchar. Me contesto que no quería ir, a lo cual le dije que era un bien y que no se preocupara que yo iba a estar con ella todo el tiempo, y que después íbamos a ir a comprar un cuento de pegatinas, que le encantan. Y se quedó más conforme.

Cuando estábamos en la revisión, una vez realizado todo el examen, la enfermera, Asun, una profesional estupenda y muy delicada con los niños me preguntó si le había contado a la niña que le iban a poner vacunas. Le dije que sí, lo cual le sorprendió, ya que según me contó, casi ningún padre lo hace, es decir, avisa a sus hijos de que les van a pinchar.

Inmediatamente, me puse a pensar el motivo de porque no les avisan, defecto profesional, intentar comprender el comportamiento de las personas, y me vino a la cabeza una frase que me impacto del libro "Educar en el asombro", en el que Catherine Lecuyer, afirma que "compramos la tranquilidad, cuando les ponemos nocilla en vez de jamón en el bocadillo.........." y yo seguiría, o no les contamos que les van a pinchar para que no se echen a llorar o se enfaden, o no les apagamos la tele para que estén más ratos entretenidos y no se pongan a reñir, o les cambiamos de comida para evitar que no les de una rabieta, o...........

¿Pero qué pasa con esa tranquilidad que hemos comprado a bajo coste? ¿qué repercusiones tiene? ¿nos hemos parado a pensar?. Adormilamos nuestra conciencia y el comportamiento de nuestros hijos. Y después tenemos una lista enorme de quejas de lo que no hacen, o deberían hacer..............y yo me pregunto ¿realmente les estamos dejando ser? En muchas ocasiones, estamos buscando su bien, o el propio?.

Padres y Madres, un no a tiempo es necesario, que elijan que quieren jugar pero no que quieren comer, más zapato y menos sofá, más parque y menos tele, más presencia y menos exigencia, más escucha y menos reñir, más cariño y menos alzar la voz,



.........en todo esto soy la primera que me incluyo.

jueves, 15 de enero de 2015

Miedo a la Muerte

En nuestra sociedad, que, nuestra sociedad somos todos, existe tabú acerca de la muerte. Borrar las huellas de la muerte, es casi inexistente toda la parafernalia relacionada con el luto que antes existía, la mayoría de las personas no mueren en casa sino en los hospitales, no se realizan los velatorios en los hogares sino en los tanatorios, se incineran los cuerpos, el dolor y el duelo se intenta reprimir, esconder, tapar.......

Estas circunstancias en cadena tienen la consecuencia de que no estamos preparados ante la muerte propia, ni ante la muerte de un ser querido, ni de una persona cercana. La muerte ha dejado de ser un hecho natural y familiar a ser un fenómeno tabú. No queremos hablar de ella, abundan las expresiones del tipo, "no hables de que te vas a morir", "no quiero ni que menciones la palabra muerte", incluso en el lenguaje cotidiano intentamos suavizar este echo con palabras como "ya no está con nosotros", "se nos ha ido", "ha fallecido".... Tampoco estamos preparados para acompañar y consolar a las personas que están pasando un proceso de duelo, no sabemos que decir............y es que en muchas ocasiones no hay nada que decir, sino acompañar, estar, arropar, compartir el dolor.

En nuestra sociedad, cultura del ocio, la diversión y la evasión, la muerte no encuentra su lugar, pero esto no quiere decir que deje de existir. Por un lado existe un auge por vivir en plenitud, por la autorrealización en incogruencia por el otro lado, parece que se ha impuesto una negación hacia la muerte.

Esta negación, nos hace creernos inmortales..........pero no lo somos, otra cosa es que nuestro corazón tengo un deseo de inmortalidad con el cual nacemos, así hemos sido creados.

Negar la muerte, reprimir el duelo, sólo nos lleva a más sufrimientos, nos genera miedos, bloqueos, miedo a la muerte del ser, miedo al dolor, miedo al sufrimiento. Y en vez de desarrollar estrategias, y formas de vivir y asumir la muerte como parte de la vida, nos pasamos la vida huyendo........pero hacia dónde?


viernes, 12 de diciembre de 2014

EDUCAR EN EL ASOMBRO

Con respecto a la educación de nuestros hijos, nos surgen miles de dudas y de interrogantes, ¿lo estaremos haciendo bien?, ¿me estaré equivocando?, ¿qué será lo mejor?......... En muchas situaciones nos cuestionamos qué hacer y buscamos herramientas, estrategias....., muchas de las veces, acudimos a lo que hemos aprendido como hijos, otras preguntamos a amigos, profesionales, los más intrépidos leen. Para los que quieren saber más y mejor, os presento el libro "Educar en el asombro" de Catherine Lecuyer. Es muy recomendable, desde una perspectiva franca y centrada en el niño, nos cuenta muchísimas cosas interesantes. Como que los niños tienen la capacidad de vivir en el momento presente, sin embargo nuestra tendencia se a vivir en el pasado o en el futuro......y de esta manera, les metemos mucha prisa para que hagan las cosas..."no deberías estar todavía lavándote los dientes, sino en la cama", "date prisa que no llegamos", "corre que se hace tarde"....es decir que los estresamos. Tampoco, de esta manera, respetamos sus tiempos, sus espacios. El niño tiene deseo de aprender, y ese aprendizaje es desde dentro, de dentro a fuera, en contra de lo que pensamos los adultos, que es desde fuera, por lo que les llenamos el tiempo de múltiples actividades, multitasking, y lo que hacemos con esto es dispersar su atención. El niño tiene deseos de conocer, ganas de hacer cosas, pero necesita nuestra ayuda. el niño se asombra con alguien que se asombra con él y está con él. Si no compartimos tiempo con nuestros hijos, esos pequeños descubrimientos que va haciendo, nos lo perdemos y no podemos compartirlos.

Espero que estas ideas os pongan la miel en los labios para que leaís su libro y sigaís su blogg:  apegosasombro.blogspot.com.es